viernes, 8 de marzo de 2013

De algo estoy segura:
No podrán quererlo como lo quería yo, no podrán adorarlo de ese modo , no sabrán advertir hasta el menor de sus dulces movimientos e aquellos gestos imperceptibles de su cara.
Es como si solo a mi se me hubiera sido concedida la facultad de ver, de conocer el verdadero sabor de sus besos, el color real de sus ojos.
Nadie podrá ver lo que yo he visto.
Y ellas menos que ninguna.
Ellas, incapaz de amarle, incapaz de verle verdaderamente, de entenderlo, de respetarlo.





Ellas no se divertirían con esos tiernos caprichos.

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